martes, 21 de abril de 2015

Conciencia plena - Mindfullness


Llevo unos meses acudiendo al gimnasio del Forum en el BISC. Uno de los horarios es en domingo a última hora de la tarde. Aquello es un desierto y por supuesto en el gimnasio no hay nadie. Es un espacio entre cristales, me siento encima de una bicicleta y sin encender luces ni música, me pongo a pedalear. El silencio y la ausencia de luz artificial me hacen sentir el espacio y a mi mismo con una intensidad atronadora. El zumbido constante de la bicicleta estática, mi cada vez más entrecortada respiración, afuera los azules apagándose en grises salpicados por pequeñas luciérnagas que van surgiendo en el horizonte del BISC, y mientras, las gotas de sudor empiezan a resbalar por la frente, mi pensamiento va de dentro hacia afuera y de fuera hacia dentro con complacencia. Siento esa gota de sudor como una caricia en su camino desde mi frente al suelo. La intensidad de la penumbra me hace sentir todavía más los sonidos de la resistencia de la bici y mi cada vez más potente respiración, Mientras cumplo mi programa de pedaleo, mi cabeza obliga a mis tobillos a redondear mi pedalada, le digo a mis rodillas que se mantengan paralelas en intento de elegante pedaleo, me obligo a un ritmo constante como una canción, busco relajar mis hombros, siento la forma del sillín en mi trasero, aprieto abdominales, feliz de poder empezar a tensarlos como un arco tras unos meses de entreno...
Ritmo, pedaleo, respiración, esfuerzo, músculos, movimiento... no dejo ningún hueco en mi cabeza para la distracción.

La conciencia plena es poner tu cabeza, tu corazón, tu alma en el lugar y en la acción que estás realizando. Llámalo mindfullnes, llámalo concentración.
A priori parece fácil conseguirlo y lo suele ser cuando hacemos algo que dominamos y nos apasiona, pero son muchas las distracciones que nos rodean dentro y fuera de nuestro cuerpo. Y son muchas cosas las que nos perdemos por no practicarlo en cada momento del día.

Esta descripción de un domingo de spinning, podríamos hacerla de una navegada en barco, de una regata, de una conversación con amigos, de una comida, de un café en el parque, de un momento de dolor o de tristeza, de una noche de amor carnal... nuestra cabeza tiene el dial para sintonizar y el mando del volumen para intensificar cada momento, pero usarlo no es fácil.

En internet encontrarás infinitas técnicas: concentrarse en la respiración (importantísimo) forzando la expiración, contar para evadir pensamientos que nos despistan: 1,a,2,3,4,5,1,2,a,3,4,5,1,2,3,a,4,5...., observar con intensidad lo que nos rodea, poner plena concentración en cada músculo y movimiento...

Para de leer: escucha tu entorno, tu respiración, siente tus pies en el suelo, huele el aire y observa. Por un momento sentirás que este instante y este lugar está en ti. Y lo podrás describir más tarde con minuciosidad.

En el deporte de la vela es muy importante esta concentración, esta actitud de mindfullness. Tanto en la regata como en los entrenos.
El deportista de élite ha de controlar el exceso de todo, el deportista amater ha de llenar un vacío de todo. Al deportista de élite no tienes que enseñarle donde poner sus sentidos, sino enseñarle técnicas para evitar que sus sentidos divaguen hacia pensamientos negativos, o distrayentes. Al deportista amater has de enseñarle a mirar, a escuchar, a observar, a anticipar, a moverse, para dominar, visionar y llenar el instante que está viviendo.

Si, también puedes haber leído este artículo con conciencia plena, observando los tiempos verbales usados, la tipografía, sus faltas ortográficas o de puntuación, si está en primera o tercera persona, la amplitud de vocabulario, su ritmo, su contenido, su argumento,.. por eso, si has seguido la técnica del mindfullnes en tu lectura, te pido comprensión con tu crítica.

Nota: El video es de Andres Martín, Amigo y uno de los intructores de esta técnica en España.

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