lunes, 22 de septiembre de 2014

Un buen entrenador


Mi hijo por avatares de la vida se ha enganchado a la equitación. Un mundo totalmente desconocido para mi, Mi experiencia de los caballos no se extienda más allá de las películas de vaqueros, y a tres o cuatro veces que he montado a caballo. Fueron experiencias bonitas pero nunca me ha apasionado.

El caso es que mi hijo lleva ya bastantes años montando, y desde hace 4 años hace saltos a un nivel muy normalito. Hasta ahora la pretensión era que fuera un extraescolar más, un poco más caro eso sí, pero soportable.

Su actividad se ha convertido en pasión y ha llegado a un nivel donde permanecer igual, es desgastar la ilusión, perder el tiempo y cortar su posible recorrido de cara al futuro.


Yo, compartía desde hace muchos años, los mediodías de los lunes, corriendo alrededor de las instalaciones del Polo de Barcelona con buenos amigos, Entre todos los personajes que pasaron por aquellos lunes estuvo, durante un tiempo, Curro Goyoaga, un gran jinete, por cuyas venas corre sangre de caballo. Padres, mujeres e hijos todo alrededor suya huele a cuadra.
El caso es que al inicio del verano, tuve el atrevimiento de pedirle que viera montar a mi hijo y que me asesorara sobre su futuro, o al menos que me mostrara los caminos y las posibilidades. ¿Quien mejor que él, pensé?
Mientras le llamaba por teléfono aun flotaba en mi cabeza la frase que me había dicho mucho tiempo atrás, antes de que mi hijo montara: "Si no eres millonario no metas a tus hijos en el mundo de los caballos, se apasionarán y luego..."

Que razón tenía. En fin, el caso es que con toda la amabilidad del mundo, dispuso un caballo para mi hijo y le dio unas cuantas jornadas de clase. Sólo estuve presente en dos de ellas y al estar escuchándole sentí que quería estar, yo también, encima de un caballo para aprender. Como espectador sentía lo que decía, experimentaba las sensaciones que comentaba... Curro trasmitía pasión, conocimiento y duro cariño a mi hijo.

En el mundo de la vela conozco muchos y muy buenos entrenadores, Españoles y extranjeros. Muchos de ellos tienen unos conocimientos increíbles. Pero hay muy pocos que sean increíbles. Es más fácil encontrar un buen deportista que un buen entrenador.
Ser un buen entrenador implica muchísimas cosas. Un buen entrenador aprende a la vez que enseña. Un buen entrenador ha de transmitir conocimientos envueltos en pasión, Un buen entrenador domina el lenguaje de la metáfora para expresar los conocimientos de manera sencilla y difícil de olvidar. Un buen entrenador conoce el corazón del que está enseñando. Un buen entrenador es imaginativo.  Un buen entrenador es empático. Un buen entrenador debe saber aliñar dureza con cariño para que la lección sepa bien. Un buen entrenador puede ser buen entrenador de muchas maneras. Un buen entrenador sabe que su éxito está en la persona, no en el trofeo que consiga. Un buen entrenador es esto y mucho más.

Me explicaba Curro, cuando hablaba de mi hijo:
" Mira, para que un jinete llegue a lo más alto se necesitan varias cosas; Talento, Pasión y dinero,"
Es la vida pensé.

Añadió, con otras palabras, que además de saber estar encima del caballo, cuando uno baja... también hay que saber estar, y eso si que es difícil.

Gracias Curro, porque con tus palabras me enseñas también a cabalgar un poco mejor por esta vida.
Y gracias porque mi hijo no olvidará tus primeras clases, eres su héroe.

Un video de Curro que encontré en YouTUBE

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