sábado, 23 de febrero de 2013

las 22 leyes inmutables para ganar regatas


Cuando conocí a mi mujer, que trabaja en el mundo del marketing, curioseé en su biblioteca y encontré un libro "fácil" sobre marketing titulado: "Las 22 leyes inmutables del Marketing".
Se lo que estáis pensando, suena a libro de auto ayuda, y sí, realmente lo es, uno más de esos miles de libros en formatos diversos de cuentos, historias o simples leyes donde re-ordenan y adornan lo que todos sabemos.
Me he acordado de ese libro 16 años después, lo he releído y adaptado transformando las leyes del marketing a las leyes de la regata.

  1. El lideradgo: Es mejor ser el primero que no ser el mejor. Cuando llega una nueva disciplina olímpica, el que empieza antes a practicar, a ir a regatas, tiene ya una ventaja sobre los que llegan más tarde. No es lo mismo comenzar a practicar un deporte a los 4 años que a los 20. Aunque el que empiece 20 años más tarde sea infinitamente más apto para ese deporte siempre estará en desventaja. A niveles más corto-placistas, el empezar primero a probar una nueva vela, el primero que tiene un entrenador privado, el primero que usa un nuevo estilo de navegar, el primero que ensaya una táctica, el primero que recibe una ayuda federativa, etc. también tendrá ventaja.
  2. La categoría: Si no puedes ser el primero en ceñida, sé el primero en las popas. Cada regatista puede ser consciente que quizás no es el mejor en ceñidas, o en velocidad de barco, a de buscar otra categoría dentro de la regata en la que pueda destacar y ser el líder. Por ejemplo dominar en la táctica, o dominar en el reglamento, en salir, en navegar en largos, etc. Este nuevo liderazgo le aportará mejores rendimientos y más rápidos que estar intentando sin éxito, desbancar al líder de las ceñidas.
  3. La Mente: Ser el primero en tu mente, mejor que llegar primero. Él que se sitúa en la mente de los contrincantes como el mejor, tiene siempre más probabilidades de ganar. Has de sentirte bueno, el mejor dentro de tu nivel para poder enfrentarte a los que tienes al lado, sino siempre estarás cediendo el puesto, al que tu piensas que es mejor que tu.
  4. La percepción: La regata es una batalla de percepciones. La verdad suele acercarse a la percepción de un experto. Pero cada uno tiene una percepción suya y única de lo que pasa en las regatas, o mejor dicho su regata. No somos dueños de las percepciones de los demás, pero cuando la mayoría van por una lado del campo de regatas, en el 90% de las situaciones no se equivocan. Regatear bien implica mejorar nuestra percepción de lo que pasa en nosotros, nuestro barco, y nuestro entorno. Pero también es muy importante tener en cuenta las percepciones de los contrincantes y también del jurado o comité... y saber usarlas a nuestro favor.
  5. El enfoque: Reducir el campo de acción de nuestras acciones. No somos dioses para poder hacerlo todo y mejorar en todo en la misma dimensión. Es muy importante planificar los puntos en los que podamos mejorar más, dejando ahí la mayoría de nuestro tiempo y energía. Si ya navegamos bien en ceñida, en lugar de seguir entrenando ceñidas en cada entreno, seamos más incisivos en donde fallamos más; por ejemplo las salidas, la toma de boyas o las trasluchadas.
  6. La exclusividad: No hay dos regatistas que definamos de la misma manera: Si definimos a los buenos regatistas que tenemos cerca diremos: Antonio, un crack en las salidas. Pepe, una bestia ciñendo con viento. Juan, inalcanzable en las popas. Siempre hay espacios en esa exclusividad que podemos intentar ganar para nosotros mismos, en lugar de intentar arrebatársela al que ya la tiene en su dominio.
  7. La escalera: La estrategia a utilizar depende del nivel que tengamos en la escalera. Todos somos conscientes del peldaño que ocupamos en la parrilla de salida, por los antecedentes, nuestro peso y condiciones, el material, los recursos, etc. Es fundamental establecer una estrategia que permita dar el máximo rendimiento a nuestros recursos para poder saltar un escalón de esta escalera previa a cualquier regata. Y no confundamos estrategia, con planificación o táctica.
  8. La dualidad: A larga las regatas suelen ser una carrera de dos. Supongo que influyen multitud de factores, entre ellos el psicológico, pero en todas las competiciones suele haber un lider y el que va detrás. A la larga se pelean casi siempre dos por ganar, y curiosamente suele pasar en todas las dimensiones de la vida. Esta ley da medida de lo importante que es estar delante y de lo difícil que es para los demás superarle.
  9. Lo Opuesto: Si tu pelea es por el segundo puesto. tu estrategía está determinada por el primero. Está claro que el líder va por delante, seguramente por medios, por condiciones, etc. Con lo cual el será el que tenga preferencia con el fabricante de palos, de velas, etc. lo cual condicionará nuestras posibilidades de elección y estrategia. Y muchas veces, por no decir siempre, solo queda la opción de elegir lo opuesto. A nivel de una regata por ejemplo, el que va primero tiene la opción de posicionarse en el campo de regatas dejándole al segundo solo la otra opción: la que queda, que normalmente es la más penalizada.
  10. La división: Con el tiempo las categorías se dividen. En los inicios de una competición siempre hay un líder que suele ganar en todo: ceñidas, popas, viento, brisa, etc... con el tiempo van apareciendo especialistas que hacen que una competición con poco viento tenga unos líderes probablemente diferentes a una regata con rasca.
  11. La perspectiva: Los efectos son a largo plazo. Poco que añadir. Si pensamos que llegar a la cima es un tema de días, vamos mal. El camino para ser el primero es largo. Y aquí interviene la planificación con una perspectiva clara de lo que queremos en plazos razonables.
  12. La extensión: Presión irresistible a extender nuestros éxitos. Una vez que conseguimos ser los mejores en ceñidas, querremos ser los mejores en popas, y después los mejores en salidas, y poco a poco iremos dispersando quizás la ventaja competitiva que teníamos con nuestros contrincantes.  Hemos de controlar está extensión de nuestras habilidades para no perder las ventajas iniciales que nos permitían ser líderes con facilidad en unas condiciones determinadas.
  13. El sacrificio: Siempre hay que renunciar a algo para conseguir algo. Renuncio a explicarlo, para que lo entendáis.
  14. Los atributos: Para cada condición hay un contrincante líder. Se enlaza con la Ley 6. la tendencia es siempre a relacionar a cada regatista un liderazgo según las condiciones o el tramo de recorrido.
  15. La franqueza: Admite algo negativo de ti mismo y tus contrincantes lo verán como un punto fuerte. Ser franco y honesto, te mantendrá siempre delante en las cabezas de los contrincantes como un ganador aun habiendo cosechado un mal resultado. Las disculpas, o mentiras te permitirán ganar una regata pero no ser el líder. Hay grandes regatistas, incluso con medallas de oro, que no disfrutarán nunca del respeto y veneración de los que han competido con él. Y ese es un premio mayor que cualquier medalla, solo accesible a los más grandes.
  16. La singularidad: En cada situación, solo una jugada producirá efectos importantes. Esta ley sirve, para la planificación, la estrategia y la táctica. Ante una situación hay muchas alternativas que tienen efectos positivos, pero solo una la más audaz puede producir un resultado sustancial. La audacia, es siempre, un golpe inesperado para el contrario e implica valentía. Pero esta valentía solo se convertirá en audacia si va acompañada previamente de entreno, técnica y fuerza.
  17. Lo impredecible: Salvo que regatees en el lugar de todos tus contrincantes, nunca podrás predecir el futuro. Nadie conoce el futuro, y jugar a ser adivino suele tener malas consecuencias. Pero eso no quita ser conscientes de las tendencias de nuestro entorno, lo cual nos muestra un panorama de posibilidades y nos dará cierta ventaja respecto a nuestros competidores. Aprovecharse de las tendencias: sí, jugar a ser adivino: no.
  18. El éxito: El éxito suele preceder a la arrogancia y la arrogancia al fracaso. El éxito nos roba objetividad, nos roba horas de entreno, nos roba concentración... pero aun así, es más fácil gestionar el éxito que el fracaso. Necesitas ganar para volver a ganar.
  19. El fracaso: El fracaso debe ser esperado y aceptado. Reconocerlo, remediarlo y seguir adelante es la clave para remontarlo.
  20. El engaño: Las situaciones suelen ser lo contrario de la información que nos llega. No nos creamos todo lo que dicen de lo que hay a nuestro alrededor, la información de nuestros contrincantes, del campo de regatas, de las velas, etc. Informaciones que pueden proceder de rumores, o hechos no constatados no aportan más que incertidumbre. Busca siempre acercarte a la verdad, no hagas caso a los rumores o apreciaciones de los demás.
  21. La aceleración: El triunfo no se apoya en novedades sino en tendencias. La novedad es una ola y la tendencia la marea. La ola es muy visible pero se amortigua enseguida. La marea apenas se percibe pero es implacable. Busquemos las tendencias, no las modas. Hagamos de nuestro recorrido deportivo una tendencia, no una breve ola.
  22. Los recursos: Sin dinero, una idea no despega del suelo. Cualquier planificación requiere recursos que al final se mide en euros. Sin dinero, los 21 puntos anteriores se quedan en pura prosa.
En fin, frases hechas al fin y al cabo. El próximo reto será llevar al campo de las regatas otro libro de este tipo que circula por mi casa desde hace tiempo que se llama "No te preocupes, gana dinero".

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