lunes, 12 de marzo de 2012

El nombre


Dicen que en el momento en que ponemos nombre a algo o a alguien adquiere alma y trasciende su simple materia en algo que se introduce en nuestro interior, en nuestra consciencia.
Son muchas las veces que le damos la victoria al nombre del barco en lugar del nombre del patrón. Como si el barco se mereciera la victoria más que la tripulación.
Y si lo vemos desde dentro, cuantos de nosotros hemos hablado con el barco de tu a tu. Llamándole por su nombre, compartiendo experiencias, riñéndole y animándole.
Ese nombre que elegimos para nuestro barco, suele tener una valor en nuestra mente, un recuerdo de alguien, algo, un evento, o una simple anécdota. Cuando repetimos ese nombre en nuestros nuevos barcos le añadimos el numero, intentando distinguir al abuelo, padre y nieto que llevan el mismo nombre, construyendo toda una saga.
Porque cuento todo esto. Porque me parece algo muy importante tanto en la competición como en la vida nombrar las cosas que adquieren valor para nosotros. Las interiorizamos y nos permiten tratarlas de manera diferente, hablarles, mimarlas, reñirlas... El nombre permite una dimensión psicológica de sentirnos acompañados, de hablarnos a nosotros mismos a través del nombre de ese barco que navegamos.
Darle un nombre al barco. Eso le da valor, le da alma, le da vida y desde ese momento. El barco será uno más del equipo.
Podemos compararlo, en cierta manera, a la equitación. El caballo y el barco son perfectamente comparables pese a que uno es un ser vivo y el otro no. Pero el nombre los iguala a ambos.
El hábito de poner nombre en la vela no se limita al barco. Es muy usual en tripulaciones darle nombre a algo que nos da la lata continuamente, es como ponerle un mote. Se hace también con maniobras que bautizamos muy a manudo con nombres que solo entiende la tripulación. Eso ayuda a formar equipo y permite además una comunicación rápida y selectiva.
Los nombres ayudan a recordar, ayudan a dsitinguir, ayudan a interiorizar y ayudan a sentir.
El nombre humaniza.
Si tienes una maniobra que nunca te sale, un cabo que siempre te da la lata, una vela que te cuesta trimar, un viento con el que nunca vas bien....Ponle nombre y hazlo tuyo y a partir de ese momento veras que todo es y será más fácil, y llevadero. Simplemente porque desde ese momento te escucha.

2 comentarios:

  1. No me lo puedo creer!!

    Publicas este texto el 12 de Marzo, justo el día después del cumpleaños de AIFOS (seudónimo de una escritora junior a la que voy intentar reenviar este blog!!!

    Si duda AIFOS es un gran, gran, gran nombre!!!

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