martes, 14 de febrero de 2012

Ser felices, para navegar mejor

Acaba de llegarme un correo de Mónica Azón, magnífica deportista que une pasión, lucha y trabajo en su dedicación a la vela. En las regatas de master de Laser, ha demostrado que sabe empezar en un nuevo tipo de barco desde cero y hacerlo bien, o mejor dicho: muy bien. Pero no solo eso, sabe regalar su sabiduría y compartir sus ganas de hacer, ... y eso ya no es tan habitual en los grandes. Es una regatista muy cerebral y estructurada, y eso se agradece a la hora de escucharla, ya que sabe transmitir conocimientos.
En este correo que me llegó, expone que una de los objetivos de los deportistas es gestionar la angustía y la ansiedad. Y Mónica nos subraya una frase: Lo que posibilitará que obtengamos los resultados desados es competir bien, hacer lo que toca en la justa medida y cuando toca....


Curiosamente, este correo me ha llegado cuando estaba preparando un post acerca de la felicidad. De como conseguir la felicidad navegando, y en la vida en general.
Todos hemos experimentado muchas veces cuando hacemos algo que nos gusta, aunque signifique mucho esfuerzo, que el tiempo se esfuma mágicamente. Que el tiempo parece no existir, y que llegamos a perder la noción de nosotros mismos, porque en esos momentos nuestra mente está al 100% en la acción, que "nos hace fluir, nos hace felices". Es tan solo una felicidad de estado, puntual; pero es sin duda, un estado agradable.


Hay un señor que se dedicó a estudiar este fenómeno, se llama Csikszentmihalyi  podéis conocer más de él en internet o escuchar una charla en TED. Este señor confeccionó la gráfica que tenéis arriba y que creo que es fundamental para todo deportista entenderla e interiorizarla, para ayudar a ese control que Mónica refería en su correo.
El centro de la gráfica es nuestro centro de habilidades, retos y de emociones neutras. Cada persona tiene un centro distinto, cada persona tiene unas habilidades y retos diferentes, y su gestión de emociones también es diferente, pero la gráfica funciona para todos igual.


Básicamente relaciona el nivel de habilidades con los retos. Su relación nos inducirá unas emociones. Esas emociones nos permitirán según las gestionemos conseguir los resultados oportunos. A mi me parece una gráfica muy útil para un deporte como la vela, porque en una sola regata se pueden dar todas las combinaciones, cosa que en una carrera de 100 m. no ocurre. 

  • Podemos tener momentos de susto o imprevisto donde no tenemos tiempo de mostrar nuestras habilidades, simplemente sobrevivir como podemos con lo que tenemos. Sería el AROSAL, o estado de excitación. Las salidas, las boyas complicadas o tantas y tantas situaciones imprevistas y repentinas que se dan en una regata.
  • Podemos estar en la típica regata donde ya vamos mal clasificados, súmale además que no hay viento y creemos que la regata no se va a terminar en tiempo límite... puede surgir el estado de APATÏA.
  • Podemos tener una regata de viento donde estemos muy cansados con nuestros reflejos bajos y nuestra técnica inexistente ya sin fuerza, entrando en un estado de PREOCUPACIÓN e incluso ANXIEDAD, a veces incluso solo para mantenernos a flote.
  • Estos mismos estados se pueden dar cuando nos exigimos más de lo que realmente podemos por nuestras condiciones  o entreno. Queriendo alcanzar un puesto en la regata para el que, sabemos, no estamos preparados.
  • También se puede dar la circunstancia de que estemos es una regata donde seamos técnicamente superiores a los demás y simplemente nos ABURRIMOS, aun yendo primeros. O quizás aun sabiédonos superiores, navegamos con confianza y a tope, pero  RELAJADOS porque sabemos que ganaremos casi con seguridad.
  • Pero ahora llegan los dos estados donde realmente aprendemos, donde realmente disfrutamos y sentimos.... que somos felices. Cuando tenemos un reto asumible y que deseamos, cuando conseguimos concentración, cuando desbordamos energía... nada estorba, ningún pensamiento nos distrae, y solo importa navegar con los cinco sentidos, TODO PARECE FLUIR, nos sentimos que el barco y nosotros somos uno, y es entonces (cada uno es su nivel) cuando sentimos la felicidad de navegar, de competir, de no existir. Es como una especie de inmortalidad.
Esta sensación les pasa muy a menudo a personas que tienen trabajos muy creativos, pero la creatividad se puede exportar a todo.
Como salir ganando en esta sopa de emociones: lo da el entreno, las horas y sobre todo conocerse a uno mismo. Una persona equilibrada no es la que está en un lado de la gráfica, sino la que domina como moverse por ella.

En esto creo que los master, respecto a los jóvenes, tenemos cierta ventaja, navegamos más en la franja de la felicidad y el control. Los jóvenes se mueven más en la preocupación y la angustía. Algo bueno trae la edad.

Llevaros la gráfica en vuestro corazón, porque el número de latidos tiene mucho que ver para saber en donde os encontráis. También podemos movernos de lugar en la gráfica controlando nuestro corazón a través de la respiración. 

Sed felices navegando y lo haréis mucho mejor.

jueves, 9 de febrero de 2012

Proverbios

Es curioso, todos solemos tener proverbios favoritos. Los evocamos en diferentes situaciones y muchas veces nos los recitamos a nosotros mismos en silencio.
Muchas veces incluso los usamos porque nos permiten en cierta manera controlar una situación.
Los proverbios suelen ser frases hechas por el devenir del tiempo, aunque suelen estar asignadas a personajes determinados, la mayoría de las veces nace de la sabiduría de la comunidad, que siempre es mayor que la suma de las individualidades por separado.
Los proverbios suelen recoger situaciones que si bien no son verdad la experiencia nos hace sentir que suele acercarse a ella.
He navegado con mucha gente y la mayoría de los compañeros con los que he navegado tenían en el bolsillo siempre alguno preparado. Cholo Armada, tenía muchos para el tiempo meteorológico como:  "cielo empedrado, suelo mojado", pero recuerdo con cariño que en las regatas donde la mala suerte o algún error nos arrastraba hacia la cola, sacaba siempre: "la procesión no acaba hasta que pasa el ultimo cura". Josele Doreste tenía uno que le encantaba: "Salida de caballo rampante, llegada de burro manchego". Al final estos dos refranes se parecían en una cosa, hacían referencia a la constancia. Y es que los refranes suelen retratarnos.
A Fernando León le encantaban los refranes para los tiempos muertos entre regatas, durante el pipi de pié en el espejo de popa, soltaba: Picha española no mea sola. Y después tras el bocata: español valiente después de comer frío siente.
Seguro que asociamos a muchos amigos con sus proverbios favoritos. Yo tengo uno favorito que lo uso muy a menudo, tanto con mis hijos, como conmigo mismo: "vísteme despacio, que tengo prisa", y no es porque tenga ideales grandilocuentes como Napoleón, al que se le atribuye este proverbio, sino porque me ayuda a controlar la percepción de una variable que es importantísima, tanto en la vida como en las regatas: el tiempo. ¿Cual es tu proverbio?