viernes, 27 de enero de 2012

El cansancio y el miedo



Estas navidades estuve esquiando. Soy un pésimo esquiador y para más inri, hace tres años me pase del esqui al snowboard para evitar sustos con mi rodilla; Eso quiere decir que está última semana de esquí fue la tercera de mi vida encima de semejante artilugio. Os he de decir que empiezo a disfrutar, pero no cabe duda que aún estoy aprendiendo.


Mientras me deslizaba por la nieve se producían unas situaciones que me dije debía dejar escritas en el blog. Practicar un deporte que no dominas, te enseña a sentir lo que eres incapaz de ver en los practicantes de un deporte que tu dominas. Sentir es a menudo aprender.


Me pasaron dos cosas muy sencillas de entender: 
  1. Primero que mi falta de técnica me arrastraba a poner en cada bajada mucha atención, concentración y esfuerzo físico. Al principio no pasa nada porque la técnica la suples con fuerza, pero poco a poco las fuerzas merman y es entonces cuando el cansancio asoma. Aquí llega lo peor: el cansancio si no tienes técnica no lo puedes gestionar. Simplemente te va desmontando, te empiezas a caer una y otra vez, llega el miedo, la falta de confianza...  y entonces lo mejor que puedes hacer es pararte en un precioso bar de montaña a tomarte una buenas cañas para no sentir las leches que te vas a pegar de ahí al hotel. Resumen: La técnica te permite gestionar el cansancio.
  2. Otra de las situaciones que me sucedió bastantes veces, fue que cuando empiezas a tener confianza y surfeas mejor, afrontas nuevos retos: quieres ir más rápido, te atreves con la nieve virgen, bajas la pendiente con el pie malo delante, etc. el caso es que cuando afrontas estos retos sin gran control técnico sientes miedo, y es ese miedo, el que te arrastra a las caídas. Es como si el miedo me llevara hacia el error. Resumen: La técnica te permite gestionar el miedo.
Así pues en mi pequeño auto aprendizaje de esta semana de snowboard me he dado cuenta que mis dos principales enemigos en el aprendizaje fueron, el cansancio y el miedo. Estos dos muros son precisamente las que los jóvenes, con su cerebro lleno de hormonas que incitan al riesgo y su físico lleno de fibras explosivas dispuestas a todo, pueden traspasar mejor que un "adulto" como yo. Esas son las dos grandes capacidades de los jóvenes cuando aprenden. A nosotros solo nos quedan: la sabiduría, para saber a donde podemos llegar y la serenidad, para disfrutarlo.

1 comentario:

  1. Hombre Fredy, menos mal que hay otro surfer en la flota. Creía que todos eran " palilleros". Yo colgué los esquís en el 92, y suscribo todas las sensaciones que explicas. Lo bueno era que tenia 24 años.
    Un saludo!

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