lunes, 17 de octubre de 2011

El gran trofeo


Hoy, acabo de estar en un acto de despedida por la muerte de un compañero de navegación. Una gran parte de los amigos asistentes eran consecuencia de una de sus pasiones: La vela.
No estaban allí porque hubiera sido un gran regatista u obtenido grandes trofeos en olimpiadas, europeos o mundiales, para nada: era un regatista más, que buscaba disfrutar regateando. Pero había obtenido muchos y grandes trofeos que no se ponen en una vitrina: Amigos, buenos amigos.


¿Porque cuento todo esto? Porque la competición es un juego enriquecedor, nos hace mejores sacando lo mejor de nosotros mismos, aporta buenas cualidades y aptitudes. Y este blog intenta humildemente mostrar algunos caminos. 
Pero las regatas se acaban y uno llega a tierra y allí se sigue jugando al juego de la vida.


Cuando uno es amater, navega por hobby y busca ganar, pero también divertirse, mezclar esos dos juegos, el de las regatas y el de la vida, resulta fácil y natural, porque el ambiente es siempre amigable.


Pero cuando el juego de las regatas empieza a ser profesional, se juegan allí clasificaciones, medallas o dinero, ya no es tan fácil unir esos dos mundos. Hacerlo bien es imposible. Siempre se sacrifican estudios, carreras, novias o mujeres, familias, otras pasiones y sobre todo amigos. Es la eterna búsqueda del equilibrio inestable.


Es entonces cuando deberían llegar las lecciones para ser un buen regatista en tierra, pero esas lecciones las da la vida, ya no se trata de ser el mejor, sino una buena persona... y eso si que es difícil. Esa el la gran regata y los amigos de ese camino el gran trofeo.

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